Oraciones sagradas para Dios Nuestro Señor

Dios es un ser espiritual, todopoderoso, quien creó el mundo. Es único y está formado por tres Divinas Personas o una Trinidad, que son Dios Padre, Dios Hijo y el Espíritu Santo. En este concepto está implícito que Jesús es Dios y a la vez es el Hijo de Dios en su condición de ser humano.

Al crear Dios el mundo, estableció una serie de normas, que debían ser cumplidas para garantizar el orden en el universo; sin embargo, los humanos desobedeciendo a Dios trasgredieron esas normas, lo cual constituye lo que hoy en día se conoce como pecado y cuyo castigo es la muerte, no solo la muerte material sino también la muerte espiritual que conlleva al castigo eterno de permanecer por siempre, en sufrimiento y alejado de Dios.

La generosidad y el amor del Creador son tan inmensos que envió a Dios Hijo a morir por la humanidad para salvarla. Jesús, el Hijo de Dios, era libre de pecado por tanto no podía sufrir las consecuencias del mismo, tales como padecer alguna enfermedad, por eso necesitó ser crucificado para morir y al resucitar demostró su poder frente a la muerte.

De lo anterior se deduce que Dios, por medio de Jesús es el salvador de toda la humanidad y de cada persona en particular y es por intermedio de Él que podemos obtener la absolución de las faltas cometidas y acercarnos a la Trinidad Divina.

El poder de Dios para cambiar la conducta humana

Jesús por su condición de hombre, ha sido una vía más expedida para acercarse a Dios. El ser humano piensa que es más fácil conversar con Él y por su intermedio llegar al Creador, aun cuando Él es el mismo Dios.

Su inmenso poder fue evidente mientras permaneció humanamente en la Tierra, como lo demuestra cantidad de hechos milagrosos que realizo, tales como resucitar personas, sanar enfermos, modificar condiciones ambientales, multiplicar alimentos y bebidas, proveer paz espiritual derrotando espíritus malos, entre otros. Este poder le fue concedido a algunos de sus más próximos y seguros seguidores como fueron ciertos Apóstoles y Discípulos, quienes como dice Lucas en su Evangelio, eran colmados del poder por el Espíritu Santo y así podían vivir sin pecado, realizar milagros y difundir el mensaje de Dios (Lucas 10: 1-20).

Para ese entonces, gente que presenciaba esos milagros concientizaba el poder de Jesús reconociéndolo como un Ser Superior y empezaban a cambiar su forma de actuar para cumplir los mandatos de Dios.

Hoy en día, Dios por medio de Jesucristo, sigue haciendo milagros cambiando el proceder de las personas cuando se encuentran alejadas de la verdad. Él puede liberar al ser humano del apego a costumbres que llevan al pecado, renovando de esa forma la mentalidad del pecador y abriéndole el entendimiento para que acepte a Dios como su única y mejor guía para lograr una mejor vida terrenal y una verdadera y santa vida eterna.

El poder de la Oración ante Dios

La Oración es un poderoso instrumento para el acercamiento a Dios; sin embargo, hay que tener presente que no sólo se debe hacer uso de ella en los momentos que se necesita ayuda, en caso de desesperación por una situación aparentemente incorregible y cuando humanamente se siente derrotado. En estos casos la Oración es de gran provecho, pero debe ser hecha bajo ciertas condiciones.

Hay que tener presente que también se debe orar a Dios en agradecimiento por todo lo que ayuda y hace por la humanidad y se debe orar para entregarle las acciones que se emprenden cada día. Pero también se debe orar simplemente como una forma de conversar con quien nos creó y a quien nos debemos totalmente. No es correcto conversar con Dios solo para pedir, también se le tiene que manifestar las alegrías y logros que se experimentan.

Al orar ante Dios, especialmente cuando se le va a presentar una necesidad y se quiere que Él la resuelva, debe hacerse con mucha confianza y pedir que se cumpla de acuerdo a la voluntad de Dios. En el momento de elevar una oración debe hacerse con el mayor recogimiento y concentración posible y con la firme convicción que con la omnipotencia divina, lo que se pide va a ser escuchado.

Aceptación de Dios por medio de la oración

Como se ha expresado la Oración es un diálogo con Dios y el mismo Jesús dijo “Quien viene a mí, no lo rechazo” (Juan 6:37). Dios envió a Jesús a la Tierra para salvar a los pecadores no para buscar a quienes seguían la palabra de Dios. Por eso se debe estar convencido que a través de una oración sincera, sentida y elevada con fe, Dios aceptará todo arrepentimiento, siempre y cuando haya el ofrecimiento verdadero de cambiar. Dios siempre acepta a las personas y nunca las rechaza.

Tendencia a pensar que Dios no escucha

Dios siempre ha manifestado, a través del mis Jesucristo y por medio de personas santificadas, que se debe confiar en su amor, en su sabiduría, en su justicia y en su compasión en bien de la humanidad.

No obstante, hay ocasiones donde se le pide a Dios por una difícil circunstancia y no se percibe cambio alguno, la situación permanece como irresoluble y aun puede hacerse más compleja. Esto tiende a conducir a la gente al desespero, a renegar de Dios y a perder las esperanzas. Ante esto no se debe olvidar que los tiempos de Dios son perfectos y que para el ser humano el tiempo durante el cual transcurre una vida terrenal es muy largo mientras que para la eternidad de Dios, ese tiempo es sólo un instante; en otras palabras, lo que para el hombre es prolongado para Dios es un momento.

En esas circunstancias es que se debe continuar confiando en Dios para que nos de paz espiritual necesaria para esperar que se haga su voluntad, con la firme convicción que Él nunca abandona a sus hijos.

Respuesta a las Oraciones a Dios

Con la oración siempre se establece un contacto directo con Dios y se disfruta de su protección. Al orar a Dios siempre se tendrá como respuesta su orientación para transitar en la vida con los menores obstáculos posibles, contando con su orientación y sabiduría.

Cuando se está frente a una dificultad, se le deben entregar estas preocupaciones a Dios por medio de la Oración y Él responderá según su voluntad, pero siempre en beneficio de quienes se le acercan.

Algunas hermosas Oraciones a Dios

 Oración 1:

Oración a Dios nuestro Señor

Señor dame fuerzas ahora que más las necesito,
da la paz y la tranquilidad a mi alma y a mi corazón,
lléname de fe y esperanza,
recuérdame a cada instante que estás conmigo,
que vives en mí y que no estoy solo, porque te tengo a TI.
Desciende tus poderosas manos sobre mí
y ayúdame a levantar cuando me veas sin fuerzas,
cuando mi corazón se llene de angustia y desesperación

y me sienta débil de espíritu.
Señor ilumina mi mente y mi alma

para que mi fe en ti se acreciente

y te ame con más fuerzas cada día.
Dios mío escucha las suplicas que humildemente te hago

y concédeme la gracia que tanto necesito.
Apiádate de mí y de los míos Señor

y míranos con tus ojos misericordiosos,
que tu gran Corazón y tu bondad nos protejan siempre.
Inunda mi alma con tu amor infinito te lo suplico
y dame la paz que necesito. Amén.

 

Oración 2:

Oración de entrega a Dios

Quiero lo que Tú quieres, lo quiero porque lo quieres,

lo quiero como lo quieres, lo quiero en cuanto lo quieres.

Creo, Señor, fortalece mi fe.

Espero, Señor, asegura mi esperanza;

Amo, Señor, inflama mi amor.

Perdóname, Señor, aumenta mi arrepentimiento.

Te adoro como a primer principio, Te deseo como a último fin.

Dirígeme con tu sabiduría, contenme con tu justicia.

Consuélame con tu compasión, protégeme con tu poder.

Te ofrezco mis pensamientos para pensar en Ti,

mis palabras, para hablar de Ti, mis obras, para obrar conforme a Ti.

Quiero lo que Tú quieres, lo quiero porque lo quieres,

lo quiero como lo quieres, lo quiero en cuanto lo quieres.

Te ruego, Señor, que alumbres mi entendimiento, abraces mi voluntad,

purifiques mi cuerpo, santifiques mi alma,

llore las iniquidades pasadas, rechace las tentaciones futuras,

corrija las inclinaciones viciosas, cultive las virtudes necesarias.

Hazme prudente en las determinaciones, vigilante en los peligros,

paciente en las adversidades, humilde en las prosperidades.

Que me aplique a domar la naturaleza, a corresponder a la gracia,

a guardar tu ley, a merecer mi salvación.

Que aprenda de Ti cuan frágil es lo terreno, cuán grande lo divino,

cuán breve lo temporal, cuán duradero lo eterno.

Por Cristo Nuestro Señor. Amén

 

Oración 3:

Oración a Dios Padre todopoderoso

Dios padre todopoderoso, en tus manos yo encomiendo
Mi espíritu y te ruego con piedad
Que hagas que en mi corazón solo renazca
El amor, la compasión, la espiritualidad y la benevolencia
Hacia ti y los demás.

No permitas que la codicia y el tormento
Se apoderen de mi alma, pues
Yo solo quiero servirte hasta el final. Amén. 

 

Oración 4:

Oración a Dios nuestro Señor

Mi señor todopoderoso, hoy elevo esta
Súplica en tu nombre para que medies por
Mi corazón y conciencia par que mi ser
Nunca se vea apartado de tus designios.

Haz que a mí y a los míos nos acompañe
Siempre tu presencia y no nos desampares
Bajo ninguna circunstancia. Amén. 

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