Oraciones al Espíritu Santo para cualquier necesidad

Para la Iglesia Católica, el Espíritu Santo forma parte de la Divina Trinidad, junto con Dios Padre y Dios Hijo. Por dogma se reconoce la existencia de un solo y único Dios, quien está integrado por tres entidades espirituales diferentes: el Padre, el Hijo que es Jesucristo quien se hizo hombre, y el Espíritu Santo. Este es diferente al Padre y al Hijo, pero conjuntamente con ellos tiene la “misma naturaleza y la misma esencia divina”.

Para los católicos el Espíritu Santo tiene una connotación muy especial, ya que se habla que descendió y se hizo presente a los once discípulos de Jesucristo, quienes estaban reunidos, estupefactos y desorientados, después de haber presenciado la crucifixión de Jesús y su posterior resurrección. En ese momento esta Tercera Persona de la Santísima Trinidad les llenó de sabiduría y les dio el privilegio de entender y hacerse entender en cualquier idioma, lo cual les permitiría dispersarse por todo el mundo y poder proclamar y presentar las enseñanzas de Dios dadas a conocer por medio de Jesucristo.  Ese momento, cuando descendió el Espíritu Santo, se tiene como el del nacimiento de la Iglesia Católica.

Representación del Espíritu Santo

La representación más generalizada es una paloma, que se interpreta como alusiva al bautismo de Jesucristo.  También se le identifica como una llama de fuego que simboliza su capacidad de otorgar la energía necesaria para cambios positivos en las personas.  Cuando se le representa con una imagen referida al agua, se le asocia también con el sacramento del bautismo, momento en que el Espíritu Santo confiere un nuevo y verdadero nacimiento, que es el espiritual. Otra cualidad del Espíritu Santo es otorgar la protección divina ante cualquier adversidad, sellando o cubriendo, a quien se lo solicite, de todo hecho perjudicial; de allí que se le represente también con una especie de sello contentivo de una paloma o de una llama.

Fue la Persona Divina que descendió a la Tierra en algunas oportunidades, como lo hizo sobre la Virgen María y sobre los Apóstoles, trasmitiéndoles bendiciones, sabiduría y buenas nuevas; esto se interpreta así cuando es simbolizada con una nube de la cual emergen rayos de luz. En oportunidades se le expresa con la figura de una mano, que interpreta el hecho que Él tiene la capacidad de trasmitirnos todos sus dones.

La imagen de un recipiente conteniendo y derramando aceite como emblema simbólico del Espíritu Santo, significa la fuerza que tiene para conceder bendiciones especiales para obtener la consagración y entrega a Dios, fundamentalmente en momentos especiales como son el bautismo, la confirmación y la muerte terrenal, considerando a esta última como el verdadero nacimiento espiritual.

Atributos del Espíritu Santo

La Santísima Trinidad como un Todo, como el Dios omnipotente que es, dirige, conduce y guía todos los aspectos y situaciones que suceden y han de suceder en el universo. Sin embargo, al Espíritu Santo se le atribuyen aspectos muy específicos en los cuales interviene directamente y han dado lugar a la diversidad de imágenes terrenales con las que se le identifica.

Recompensas que el Espíritu Santo proporciona

Hay cualidades bendecidas por Dios que no son disfrutadas por todas las personas. Aquellos que no gozan de estas bendiciones divinas no pueden conseguirlas solamente con su propio esfuerzo humano, sino que necesitan la intervención del Espíritu Santo para obtener los cambios o recompensas necesarios, siendo nuestra única responsabilidad, permitir que Él los realice.

Entre los atributos que se pueden conseguir a través del Espíritu Santo pueden mencionarse: paciencia, bondad, paz, benignidad, bondad, gozo, templanza, fe y mansedumbre. Poseyendo estos méritos se goza de armonías espiritual, un buen carácter, de paz y tranquilidad, lo que a su vez permite ayudar al prójimo, entendiéndolo y fortaleciéndolo en sus dificultades; todo esto lleva aun mayor acercamiento a Dios, fortaleciendo y aumentando la fe.

Espiritualidad de Dios y espiritualidad humana

Los seres vivientes tienen dos componentes fundamentales, el humano y el espiritual, este último condiciona el proceder de lo material y ambos obedecen a los designios de Dios. La espiritualidad de los humanos es limitada y, aunque puede estar influenciada por las condiciones y las personas que nos rodean, en un alto porcentaje está determinada por nuestra voluntad y nuestra conciencia. Al compararla con la espiritualidad divina, es poco lo que podemos influenciar en los demás.

Por el contrario, la espiritualidad divina, representada por el Espíritu Santo, es ilimitada e infinita, e influye sobre toda la humanidad y sobre todos los aspectos de nuestro proceder. Al referirse a esta espiritualidad como la Tercera persona de una Deidad, permite cierto acercamiento entre las personas humanas y una “persona divina” facilitando, en cierto modo, el acercamiento del humano a Dios. Sin embargo, se sabe que el Espíritu Santo es una fuerza poderosa, cuya presencia se nota por los efectos que produce y que siempre son la voluntad de Él, la de Dios Padre y la de Dios Hijo.

Manifestación del Espíritu Santo: Pentecostés

Para los católicos la presencia del Espíritu Santo ante la humanidad se hizo evidente el quincuagésimo día posterior a que Cristo resucitado ascendió al cielo y el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y estos recibieron dones divinos según está contenido en el capítulo 2 de Hechos de los Apóstoles en el Nuevo Testamento. Este acontecimiento marca el nacimiento de la Iglesia Católica.

Para los judíos, el espíritu Santo se hizo presente cincuenta días después deléxodo judío y representa el encuentro entre Dios y Moisés en el Sinaí, cuando éste último recibió la Tabla de la Ley de Dios y representa el nacimiento del Judaísmo.

Ambas religiones proclaman que la manifestación del Espíritu Santo sucedió cincuenta días después de hechos importantes y trascendentales para ambas creencias y que hoy en día se conmemoran como el Día de Pentecostés que significa quincuagésimo.

Se debe orar al Espíritu Santo

Se atribuye al Espíritu Santo su influencia sobre los no cristianos, a quienes puede trasmitirles las verdades de Dios y la necesidad que tienen de recibir su perdón, ayudando de esta manera al arrepintiendo por los errores cometidos y a desear acercarse a Dios para recibir una nueva vida.

La mejor y más efectiva comunicación con Dios se hace por medio de la Oración, ésta otorga paz, armonía y tranquilidad a quien la ejercita. Orando al Espíritu Santo, que es sinónimo de sabiduría, se habla directamente con Dios sin intermediarios y Él con sus dones propios y aquellos compartidos con las otras dos Divinas Personas, otorga toda su sapiencia para guiarnos y orientarnos en nuestro quehacer diario.

Oraciones al Espíritu Santo

Hay hermosas Oraciones al Espíritu Santo, como las indicadas a continuación:

Oración 1:

Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tu, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.

Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.

Oración 2:

¡Oh! Espíritu Santo, te invoco
con mucha fe, por el poder que Dios te ha otorgado,
implorando por tu gracia, me concedas los dones
que tu puedes brindar, así mismo, me selles
con tu santo espíritu, pues tuyo soy,
y anhelo estar por siempre, cerca de la presencia de Dios.

Espíritu Santo, ¡Espíritu generoso!
concédeme el gozo de la salvación.
Dame sabiduría y entendimiento
como le distes al Rey Salomón,
para que pueda resolver las situaciones o conflictos,
que la dinámica de la vida misma nos pueda presentar
y saber discernir entre el bien y el mal.

Espíritu Santo, Espíritu recto,
te pido también el Don del Consejo, para que pueda ofrecer
respuestas  prudentes, sabias, oportunas y acertadas;
que ameriten grandes determinaciones
así como también la toma de decisiones.

¡Oh! Espíritu Santo, espíritu de Libertad,
dale paz y regocijo a mi alma,
líbrame de las tribulaciones y angustia
concédeme el don de la piedad, para que sea sensible
al dolor ajeno y practique la misericordia y la bondad
Renueva un espíritu noble dentro de mí,
¡lléname con tu amor!Amén.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies ACEPTAR

Aviso de cookies