Oración a San Fermín de Amiens

San Fermín tuvo una vida relativamente corta, apenas vivió treinta y un años. Nació, según tradición oral, en Pamplona, España en el año 272 y murió decapitado en Amiens, Francia el 25 de septiembre del año 303. Fermín fue un misionero cristiano que llegó a ser el primer Obispo de Amiens y durante su gestión construyó la conocida iglesia de esa ciudad.

Provenía de una familia pagana, cuyos integrantes tuvieron la oportunidad de escuchar la palabra de Dios a través de personas piadosas, entre ellas San Honesto y San Saturnino. Los testimonios dados por San Honesto lograron impresionar a la familia de Fermín, no obstante eran reacios a abandonar sus creencias paganas; sin embargo, el posterior mensaje de San Saturnino logró convertirlos a la fe católica, siendo bautizada toda la familia por este propulsor de las creencias cristianas.

san fermin

Preparación religiosa de Fermín

De forma particular, San Honesto tuvo mucha ascendencia en la formación religiosa de Fermín con quien adquirió amplios conocimientos religiosos y destreza en la oratoria. Al cumplir los 18 años se trasladó a Tolosa donde obtuvo su ordenación sacerdotal; luego ejerció su misión eclesiástica en Navarra donde permaneció durante algún tiempo cumpliendo una fervorosa misión doctrinaria en defensa del cristianismo.

Posteriormente, se trasladó a la Galia, que actualmente corresponde al territorio ocupado por Francia, concretamente a la ciudad de Amiens donde a los 24 años de edad fue designado Obispo dada su fervorosa y practicante pertinencia religiosa.  Tiempo después regresó a Pamplona a continuar su actividad evangelizadora, donde permaneció aproximadamente por cinco años.

Por razones desconocidas el Obispo Fermín regresó a las norteñas tierras de la Galia para establecerse definitivamente en Amiens o Alta Francia, lugar donde su carisma y espiritualidad lo conllevo a vivir dos situaciones enfrentadas. Por una parte llegaba al pensamiento y corazón de las multitudes lo cual se traducía en continuas y numerosas conversiones al cristianismo; pero por otra parte y en la misma medida, se iba ganando la aversión y la hostilidad de los representantes gubernamentales que eran adversos a la fe católica.

Destino final de Fermín de Amiens

La destacada labor ministerial desplegada por Fermín en Amiens lo convirtió en un objetivo de persecución por parte del gobierno oficial opuesto a toda creencia cristiana. El acoso se agudizó hasta que lo encarcelaron a causa que se negó a dejar de predicar y de atender las necesidades espirituales de la población. El 25 de Septiembre de 303 fue decapitado ante la negativa de Fermín a obedecer los mandatos gubernamentales; su muerte fue ejecutada secretamente y mucho tiempo después pudo ser ubicado su cadáver y se le dio cristiana sepultura.

Su influencia en el devenir de las ciudades de Amiens en Francia y Lesaca y Pamplona en España lo hizo merecedor de ser designado Patrón protector de esas regiones; mientras que en Navarra comparte ese honor que con San Francisco Javier.

Festividad de San Fermín

Se tiene como cierto que la muerte de San Fermín ocurrió el 25 de septiembre, día que la Iglesia católica conmemora su martirio. Se piensa que la popularidad de este Santo se inició en España en el año 1186 cuando fue llevada desde Amiens hasta Pamplona una réplica de la cabeza de San Fermín que fue convertida por los creyentes en una reliquia de alto valor para ellos. A partir de allí la población comenzó a rendirle culto, a solicitarle favores y a atribuirle milagros;  en  la medida que estos últimos se fueron haciendo del conocimiento público aumenta el número de sus devotos, llegando a ser designado patrón de conocidas cofradías españolas como la de los vinateros, de los panaderos y de los boteros.

Inicialmente la celebración religiosa en honor a San Fermín se llevaba a cabo en Pamplona el 10 de octubre, que es el día que Fermín llegó a la ciudad de Amiens, en esa misma fecha por razones desconocidas se  acostumbraba en Pamplona realizar corridas de toros y ferias ganaderas, que a través de los años se ha hecho costumbre hacer coincidir los tres eventos.

Con esta trilogía festiva los pamploneses cerraban la época veraniega; sin embargo, esos días se caracterizaban siempre por el mal tiempo, razón por la cual, en el año 1591, la ciudadanía solicitó al obispo de turno cambiar las festividades religiosas para una fecha con mejores condiciones ambientales. Tras diversas consultas se concluyó que la mejor época era el comienzo del verano, escogiéndose el 7 de julio como el día para festejar a San Fermín.

Culto actual a San Fermín

Se considera que el culto a San Fermín en Pamplona se inició en el siglo XII, cuando inmigrantes  franceses comenzaron a honrarlo tras la llegada de la reliquia del cráneo del obispo Fermín traídas desde Francia. Para ese momento San Francisco Javier era el patrón de Pamplona, pero la devoción a San Fermín se fue acrecentando de forma vertiginosa y en el siglo XVII se produjo una fuerte contraposición entre quienes veneraban a uno o a otro santo, hasta que el Papa Alejandro VII declaró a ambos Santos como compatronos de la provincia de Navarra, quedando San Fermín como patrono de Pamplona.

La liturgia católica conmemora a San Fermín en fechas diversas: el 13 de enero por el descubrimiento de sus reliquias, el 25 de septiembre por su muerte violenta y el 19 de octubre por su llegas a Amiens. El 7 de julio que es la celebración oficial se realizan actos religiosos caracterizados por diferentes actos religiosos.

Estas actividades piadosas en cierto modo se ven opacadas por la fiesta conocida como “Sanfermines” caracterizada por encierros, corridas de toros y fuegos artificiales, que trascienden las fronteras españolas y le dan un tinte pagano a la celebración.

Oración a San Martín de Amiens para lograr la fortaleza espiritual

Oh!  Bienaventurado San Martín de Amiens,

intercede ante Dios nuestro Señor

para que obtengamos la fuerza espiritual necesaria

para defender siempre nuestra fe y enseñanzas católicas.

Oh!  Bienaventurado San Martín de Amiens,

así como tú lograste mantenerte firme

ante las amenazas de tus enemigos espirituales

y que no cediste ante los castigos corporales

hasta llegar a ser injustamente martirizado,

que podamos nosotros también

ser capaces de resguardar y proteger

nuestras creencias religiosas.

Oh!  Bienaventurado San Martín de Amiens,

ayúdanos a reconocer y acatar las mandamientos divinos

para que siempre se cumpla en nosotros

la voluntad de Dios,

para que la fe en el Altísimo se generalice

en toda la humanidad. Amén.

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