En el día a día nos enfrentamos a muchos peligros que atentan con nuestras vidas, por esto es necesario encomendarnos a nuestro padre celestial por medio de la oración. Es por ello que nos encontramos con oraciones de protección, las cuales son plegarias en las que imploramos al Todopoderoso para que nos acompañe y proteja contra todo mal y peligro, ante el enemigo y la maldad nos cubra con su manto.
Oración A San Miguel Arcángel
San Miguel es el luchador y defensor de nuestras almas, tesoro celestial, que nos brinda protección, seguridad, poder, vencer el miedo y la duda, superar obstáculos, que tu poderosa fuerza me guarde, me proteja y me mantenga a salvo a cada hora, cúbrenos con tu flamante luz azul y cobíjanos con tu armadura azul resplandeciente, guíanos, guárdanos. Con esta oración poderosa y tu armadura aleja de mi todo aquello que me aparta de ti, permite que mi fortaleza sea más grande que la debilidad.
¡Oh gloriosísimo Arcángel! príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza.
Que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor.
Que en tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte. Para que defendidos por tu poder de infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén
¡Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal! Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén. (3 veces)
Oración de Protección SALMO 91
Este salmo resalta desde el principio el ofrecimiento de bendiciones y de protección para todo aquel que confía, cree y espera en el señor, quien se refugia en Dios y hace de dios su casa, está bajo la custodia del Todopoderoso, él es nuestro escudo y nos respalda. Dios protege a quien confía en él.
Tú que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: mi amparo, mi refugio, en ti mi Dios, yo pongo mi confianza. Él te libra del lazo del cazador que busca destruirte, te cubre con sus alas y será su plumaje tu refugio.
No temerás los miedos de la noche, ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. Aunque caigan mil hombres a tu lado, y diez mil a tu diestra, tú permaneces fuera de peligro; su lealtad te escuda y te protege.
Basta que tengas tus ojos abiertos, y verás el castigo del impío, tú que dices: mi amparo es el Señor, y que haces del altísimo tu asilo, no podrá la desgracia dominarte, ni la plaga acercarse a tu morada, pues ha dado a sus ángeles la orden de protegerte en todos tus caminos. En sus manos te habrán de sostener, para que no tropiece tu pie en alguna piedra; andarás sobre víboras y leones, pisarás cachorros y dragones.
Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. Me llamará y yo le responderé; estaré con él en la desgracia, lo salvaré y lo enalteceré; lo saciaré de días numerosos, y haré que pueda ver mi salvación.
Oración A Nuestro Señor Jesucristo Y María Santísima
La divinidad y fidelidad de nuestro Señor Jesucristo, Padre Celestial siempre está dispuesta a protegernos y socorrernos ante cualquier adversidad, a través de esta plegaria queremos comunicar nuestra alma con la de Dios y María Santísima para que no nos desampare y nos resguarde en todo momento.
En el Nombre del Señor Jesús, a quien confesamos como único Señor y Dios, el Verbo de Dios hecho carne, Hijo único que ha derramado su Sangre por nosotros, te invocamos Jesús, te pedimos que nos protejas a todos los aquí presentes, que no permitas ninguna perturbación, ninguna atadura, ningún ataque.
María nuestra buena Madre, Reina de los Ángeles, envía tus Ángeles a protegernos.
Señor Jesús protégenos: ármanos con tu armadura, el casco con la Salvación que nos has concedido, la armadura de la justicia, de TU Justicia, el ceñidor que es tu Verdad, la que aceptamos con el corazón, el escudo de la FE que es el don tuyo para nosotros. Las sandalias de nuestra responzabilización y la entrega por la proclamación de la Buena Nueva de la paz y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios.
Señor Jesús protégenos, ármanos, confiamos en tu Victoria sobre el príncipe de este mundo, y hacemos nuestra esa victoria tuya, y la reclamamos ahora para todos. Confiamos que el príncipe de este mundo ha sido echado ya fuera, y como hijos en la casa de su Padre, con plena seguridad y confianza, no permitiremos ninguna perturbación, la rechazaremos en el Nombre del Señor Jesús. Amén.
Reina del Cielo y Soberana Señora de los Ángeles, que has recibido el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satán, envíanos, te suplicamos, tus Santas Legiones de Ángeles, a fin de que bajo tus órdenes, persigan al enemigo que nos cerca, rechacen sus ataques tenebrosos y lo precipiten en el abismo. Amén.