La oración más milagrosa para Santa Eduvigis de Baviera

Eduvigis, quien nació el 16 de octubre de 1174 en Andechs, Franconia, región perteneciente al estado de Baviera, Alemania, tuvo la bendición de pertenecer a una familia eminentemente religiosa y católica. Una hija de su hermana Santa Gertrudis es la conocida Santa Isabel de Hungría y otra de sus hermanas fue superiora de un monasterio benedictino en Franconia, institución donde Eduvigis recibió parte de su educación.

Vida familiar

Eduvigis tuvo como padres a Bertoldo IV de Andechs quien era gobernador de Tirol y su madre se llamaba Agnes, quienes  encomendaron la educación de su hija Eduvigis a las monjas del monasterio de Kintzingen, ubicado en Franconia. Cuando tenía 12 años de edad contrajo matrimonio con Enrique I de Silesia quién a comienzos de la centuria del 1200, ascendió al cargo de duque de la Gran Polonia, habiendo heredado tal posición la fallecer su padre, convirtiendo a Eduvigis en duquesa de Silesia.

En común Eduvigis y Enrique trataron de llevar la vida con humidad y piedad, dándole importancia a los aspectos religiosos y ofreciéndole constantemente ayuda a los necesitados. De dicha unión matrimonial nacieron siete hijos, pero únicamente uno de ellos sobrevivió a Eduvigis, que fue su hija Gertrudis que alcanzó el cargo de abadesa del convento de  Trebnitz.

Conflictos domésticos

A pesar de lo bien que se llevaba el matrimonio y que siempre tenían presente la obediencia a Dios e inculcándoles ideas sanas a sus hijos, estos le causaron sufrimientos a sus padres.

El duque Enrique decidió en vida distribuir sus propiedades entre sus dos hijos varones mayores de nombres Enrique y Conrado; sin embargo, ninguno de los dos quedó conforme con dicha repartición, ante los cual su madre Eduvigis hizo cuanto estuvo a su alcance para lograr la paz entre los dos hermanos. Cada uno de estos consiguió adeptos a su causa y estableciendo dos bandos entablaron una ilógica batalla entre los grupos, finalmente Conrado resultó vencido por su hermano Enrique.

La anterior situación tuvo una positiva consecuencia en Eduvigis ya que a hizo consciente de lo banal de las cosas mundanas y que lo más sano es saber desprenderse y restar interés a las posesiones terrenales y comprender lo transitorio que es nuestro paso por esta tierra.

Esta posición se evidenció cuando en 1238 murió el esposo de Santa Eduvigis, encontrándose ella en el monasterio de Trebnitz en el suroeste de Polonia, donde siempre se retiraba a hacer una especie de ejercicios espirituales. Al recibir la noticia las religiosas expresaron su dolor llorando desconsoladamente, siendo consoladas serenamente por Eduvigis, quien les recriminó de su no aceptación de la voluntad de Dios y desconocer que las vida de toda la humanidad está en manos del Altísimo, asunto que se debe tener siempre presente bien se refiera a  nuestra muerte o a la de nuestras personas queridas.

Dedicación al prójimo

Siempre manifestó interés en ayudar a las personas necesitadas, dedicando los últimos años de su vida a fundar alojamientos para los pobres y para los huérfanos, actividad en las que fue secundada por el apoyo recibido de su marido,

Su actitud la llevó a convertirse en protectora de los desamparados, llegando en una etapa de su vida a socorrer en particular a trece personas menesterosas, en honor a Jesús y sus doce apóstoles, llegándolos a adoptar como miembros de su familia para poder servirles y ofrecerle todo lo que necesitaban.

De igual manera fueron objeto de su interés aquellas personas que producto de su estrechez económica habían adquirido deudas impagables por su estado de pobreza; Eduvigis pagaba tales deudas liberándolos de sus preocupaciones terrenas.

Utilizó su influencia para mejorar las condiciones de vida de los privados de libertad, logró mejores condiciones laborales para los asalariados, obtuvo la libertad de personas injustamente encarceladas, ofreció ayuda a los huérfanos, curaba ella misma a enfermos especialmente a los leprosos.

Interrelación con los pobres

Eduvigis estaba constantemente rodeada de indigentes y de pobres, siendo la entrada de su palacio un sitio frecuente de reunión de estas personas que podían pasar allí larga horas en espera de recibir algún tipo de ayuda de parte de ella por quien sentían gran admiración. Aparte de las ayudas materiales lo que más anhelaban era percibir las expresiones de afecto y simpatía que les dispensaba Eduvigis, quien sin ningún tipo de ostentación compartía con ellos de forma sencilla haciéndolos sentir como personas importantes.

Las incontables riquezas que recibió al fallecer su esposo, generosamente las donó a la iglesia y a los más necesitados.

Convicción de su servicio a Dios

Desde los primeros años de su existencia Eduvigis sintió la necesidad de un acercamiento a la espiritualidad a pesar de estar sumida en un ambiente colmado de satisfacciones materiales y de elogios por su condición de pertenecer a la nobleza. Como madre trató de educar a sus hijos siguiendo los ideales de una buena cristiana católica.

Además de dedicar su vida al servicio de Dios, manifestó un alto amor a la Santísima Virgen María y continuamente estaba acompañada de una pequeña  imagen de la Virgen que colocaba en una de sus manos cerrada. Se refiere que en el momento de fallecer Santa Eduvigis, llevaba en sus manos tal imagen y fue imposible retirársela y que la transcurrir el tiempo se hizo necesario el traslado de su cadáver, encontrándose con la sorpresa que la imagen permanecía intacta al igual que los dedos que la sostenían.

Existencia con restricciones

Martirizaba su cuerpo con cruentos  castigos. Solía caminar descalza sobre la nieve.

Al fallecer su esposo, adoptó la decisión de ingresar al convento donde una de sus hijas era superiora, allí vivía con humildad como la más insignificante de las religiosas, desechando su condición de duquesa y madre de quien dirigía el convento. Oraba continua y constantemente y en una oportunidad orando ante la imagen de Cristo, experimentó la visión que Él le impartía la bendición y le expresaba que habiendo escuchado sus oraciones le proporcionaría lo que ella le pidiese.

Durante su vida religiosa dormía en un ambiente compartiendo con otras monjas y como vestimenta se cubría sólo con una bata y una especie de capa, bien en tiempo de frío o en ápoca de calor.

Virtudes particulares

En un momento de su vida decidió vivir en castidad y conversando esta idea con su esposo, obtuvo de él la autorización para cumplir su deseo, adoptando también él dicha conducta que ambos cumplieron, según refieren algunos biógrafos, durante un período aproximado de treinta años. Al fallecer su esposo, ella se hizo religiosa.

Se han descrito diversas curaciones milagrosas realizadas por Santa Eduvigis, así como también algunos hechos proféticos. En particular se menciona el caso de una religiosa invidente, que recobró la visión al Santa Eduvigis hacerle la señal de la cruz sobre sus ojos y  oró por ella.

En algunas oportunidades previó lo que le sucedería en el futuro a algunas personas, como fue el caso del fallecimiento de uno de sus hijos y el de su propia muerte. En este último caso sucedió que Eduvigis había enfermado y encontrándose en franca recuperación solicitó le fuese administrada la unción para los enfermos, quienes la rodeaban se extrañaron porque la veían bien de salud; sin embargo, a los pocos días falleció.

Intercesora para conseguir vivienda propia

Es muy conocida la tendencia existente entre los creyentes de la gran influencia que ejerce ante Dios Padre como mediadora para obtener la dicha de disponer de una vivienda propia. Son múltiples las oraciones escritas para lograr tal objetivo; así como también existen diversos relatos sobre casos que se dan como ciertos en ese sentido.

Es posible que esta interpretación de su influencia para conseguir tal fin, esté asociada al hecho que tanto ella como su esposo se dedicaron a ejecutar obras piadosas y de sentido humanitario. Eduvigis logró con su comportamiento cristiano, que su esposo no sólo la apoyará en la puesta en práctica de sus ideas para ayudar al prójimo, sino que él mismo promulgaba y ejecutaba tales acciones.

Fue así como entre los dos fundaron monasterios, entre ellos destacan el de los agustinos, el de los franciscanos y el de los dominicos.

También mostraban preocupación por los enfermos y para ayudarlos construyeron hospitales, siendo más conocido el hospital para mujeres portadoras de lepra, construido en Neumarkt en Baviera, donde ella solía asistir para atender a las enfermas allí recluidas.

Muerte y patronazgos

Santa Eduvigis falleció el 15 de octubre de 1243 teniendo la edad de 65 años y estando residenciada en el convento de Trebnitz, donde fue sepultada.

Es considerada una santa milagrosa, cuya festividad se celebra el 16 de octubre. Se le reconoce como patrona de los desamparados,  de los deudores, de los afligidos  y de los empobrecidos. Así mismo se le considera protectora de los migrantes, de los esposos y de los huérfanos.

Diversos pueblos de Alemania y Polonia muestran gran devoción por esta antigua santa, entre estas poblaciones pueden citarse Silesia, Brandeburgo, Cracovia, Berlín y Trebnitz y en particular de las abadías de Andechs y de Trebnitz.  Su fama ha traspasado los mares y tiene miles de devotos en América, quienes recurren a ella en búsqueda de solucionar situaciones habitacionales, por intercesión para conseguir vivienda propia.

Fue canonizada en 1267 y su fiesta el 16 de octubre fue oficializada en el año 1706. Un reconocimiento a su altruismo fue llevado a cabo en 1773 cuando el rey de Prusia, Federico el Grande, construyó en Berlín la catedral de Santa Eduvigis que posteriormente se convirtió en la sede de la arquidiócesis de Berlín.

Oración a Santa Eduvigis de Baviera

Gloriosa Santa Eduvigis

a ti recurrimos para que pro tu intermedio

consigamos que el Padre Eterno

nos conceda la necesaria humildad

de saber tratar y comportarnos con nuestro prójimo humilde,

que aleje de nosotros todo vestigio de orgullo

y nos otorgue la sabiduría necesaria para reconocer

nuestras imitaciones espirituales y materiales.

Gloriosa Santa Eduvigis

concédenos la dicha de saber compartir

con los más necesitados lo mucho o lo poco

que Dios tenga a bien darnos

y podamos así cumplir la voluntad divina.

Gloriosa Santa Eduvigis

también solicitamos de ti

que intercedas por todos aquellos

que careciendo de vivienda propia

puedan llegar a satisfacer esta necesidad

y disfrutar de un hogar bendecido por Dios. Amén.

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