Oración de fe a San Ramón Nonato

Se refiere que San Ramón Nonato nació el día 2 de febrero, afirmando algunos que fue en el año 1200 y otros en el 1204. Sea cual sea el año exacto su nacimiento tuvo lugar, el hecho tuvo lugar en la población de Portell, perteneciente al municipio Cardona, cercano a Barcelona, en la comunidad de Cataluña. Sus padres pertenecían a la nobleza dela región.  Algunos biógrafos refieren como lugar de nacimiento de San Ramón un poblado español cercano a Valencia llamado Monfort.

Originalidades de su apelativo

El nacimiento del niño se produjo en condiciones muy  particulares. Sus padres ansiaban con afecto la venida de un hijo, razón por la cual la madre iba a una ermita cercana a su hogar, a pedirle a la Virgen que intercediera ante Dios para obtener la gracia de concebir un hijo; súplica que fue escuchada y el niño fue concebido. En estas condiciones la madre de Ramón continuaba visitando a ermita agradeciendo al Ser Supremo por haber escuchado sus ruegos.

Un día, volviendo de regreso a su vivienda, la señora sufre un percance de salud y cae inconsciente al suelo. Se cuenta que, casualmente por los alrededores se encontraba de cacería el Vizconde de Cardona, de nombre Ramón Folch, quien al ver a la mujer en las condiciones que estaba, se acerca a ella y comprueba que había muerto, pero al darse cuenta de su condición de gestada, inmediatamente utilizando una daga que llevaba consigo, rompe el abdomen de la señora y extrae con vida a un niño.

El cuerpo de la señora al ser identificado fue entregado junto al niño al padre de éste. Al poco tiempo el niño es bautizado  escogiendo, en agradecimiento, como padrino al Vizconde de Cardona y en su honor le fue impuesto el nombre de Ramón, que significa “protegido por la divinidad”

Sin embargo, como es propio de todo pueblo, la gente comenzó a llamarlo Ramón “non natus” que significa “no nacido”, por no haber llegado al mundo en forma natural sino a través de lo que hoy se conoce como cesárea. Con el tiempo el apodo se generalizo como “nonato”.

Años iniciales en la vida de San Ramón

Es escasa la información que se tiene de sus primeros años. Se deduce que debió recibir una sólida educación apegada a los principios cristianos, dada la posición de nobleza de su familia y la condición como católico de su padre.

Empezando su etapa de adultez solicitó autorización de su padre para formar parte de la orden de los mercedarios.

Acerca de los mercedarios

Se conoce como mercedarios a los miembros pertenecientes a la Orden de Nuestra Señora de la Merced. Esta agrupación religiosa tiene varias particularidades. Entre ellas pueden mencionarse tres consideradas como las más exclusivas. Una de ellas que en su inicio era de naturaleza totalmente laica, con el pasar del tiempo comenzó a tener entre sus integrantes clérigos o sacerdotes. Otra característica es que su fundación, por parte de San Pedro Nolasco se hizo realidad pocos días después que la Virgen de la Merced se manifestó en tres apariciones casi simultáneas, una fue al propio Pedro Nolasco, otra al rey Jaime I de Aragón y una tercera a San Raimundo de Peñafort confesor de San Pedro Nolasco.

San Pedro Nolasco se sintió llamado por la divinidad para materializar la idea de reunir un grupo de hombres convencidos de la Palabra de Dios quienes tendrían como objetivo la lucha por los débiles y conseguir la liberación espiritual y material de los mismos. En este objetivo se centra la tercera particularidad de la Orden, la cual consiste en que los integrantes de la orden debían hacer los tres votos clásicos de toda comunidad religiosa, como son castidad, pobreza y obediencia  a estas debían agregar un cuarto voto que es el de rescatar a personas  frágiles en la fe, aun corriendo el riesgo que la vida del mercedario esté en peligro durante la búsqueda de su objetivo.  Este último voto tenía en esos momentos como fin inmediato el rescate de los cristianos prisioneros de los musulmanes. El carácter combativo de la Orden, además de su dedicación a la oración y a la meditación hizo que  la agrupación recibiera el nombre oficial de Orden Real y Militar de  Nuestra Señora de la Merced para la Redención de Cautivos.

Su desempeño como mercedario

El deseo de Ramón de convertirse en mercedario se despertó en él poco tiempo después de haberse fundado la Orden. Hizo su noviciado tiempo durante el cual  se fue preparando para hacer su profesión definitiva, está última la hizo en Barcelona ante el fundador de la congregación, San Pedro Nolasco.

Cuando San Ramón se unió a la Orden esta era exclusivamente laica y tuvo como mentor y guía al seglar Raimundo Albert quien fungía como maestro general, convirtiéndose Ramón en su principal asistente. Bajo la dirección de Albert en el año 1317 se convocó a una reunión general de la asociación y fue allí cuando se aprobó el carácter clerical de la Orden permitiendo la participación activa de los laicos.

Su actividad dentro de la comunidad fue bastante importante llegando a adquirir experiencia y por parte de sus compañeros recibió muestras de respeto, al punto que aproximadamente tres años después de haber profesado fue electo rescatador de cautivos sustituyendo a San Pedro Nolasco en dicho cargo.

Experiencia en África

Ramón Nonato fue enviado a África hacia la región norte con el objetivo principal de rescatar a personas que vivían en condiciones de esclavitud, para ello le fue entregada una alta suma de dinero para pagar la liberación de los esclavos. En un inicio su labor obtuvo resultados satisfactorios.

Sin embargo, con el pasar del tiempo lógicamente el dinero se acabó y comenzaron os problemas para Ramón, ya que las autoridades al no ver posibilidad de pago se negaron a seguir liberando esclavos.

Ante este escenario y constatando que quedaban algunos cautivos que estaban en condiciones deplorables, Ramón propuso entregarse como rehén a cambio de la libertad de esos esclavos. Esto exacerbó el enojo y resentimiento entre los guardias quienes procedieron a detener a Ramón y a tratarlo con mucha maldad.

El comandante del regimiento previendo que el prisionero pudiese morir por la crueldad que se le infringía con la consecuencia que no podrían, en un futuro, seguir recibiendo dinero por la libertad de otros esclavos, ordeno suavizar las agresiones y se le permitió volver a su vida de libertad. Esta condescendencia fue aprovechada por Ramón para seguir catequizando a la población logrando bautizar a algunos infieles.

Martirio experimentado

El empeño o desobediencia de San Ramón en continuar en su prédica de la Palabra de Dios causó gran enojo en el gobernador de la región quien decreto la pena de muerte para Ramón, decisión que finalmente fue sustituida por el sometimiento a la flagelación diaria y para impedir que continuara predicando le fueron perforados los labios para colocarle un candado cuya llave estaba al reguardo del mismo gobernador y solo permitía retirar el candado en los momentos de la alimentación. Así transcurrieron varios meses hasta que pudo ser rescatado por miembros de su congregación enviados por San Pedro Nolasco para tal fin. Decisión esta que no fue compartida por Ramón quien deseaba permanecer en África ayudando a necesitados y a infieles.

Reinserción a su vida monacal

El rescate de sucedió en el año 1239 a raíz del cual regresó a España a seguir su vida en el convento de Barcelona donde se distinguía por utilizar las más pobres vestimentas, se sometía a frecuentes y profundos ayunos y entregaba a los pobres lo poco que poseía.

En ese transcurrir Gregorio IX lo designa cardenal, pero este reconocimiento eclesial no suscitó en San Gregorio alegría alguna, más bien se mostró apático ante la distinción conseguida y ante la propuesta de sus compañeros que debía tener comodidades propias a su alta investidura, se negó a abandonar su humilde celda de monje común.

Sus últimos tiempos

Tiempo después fue llamado a Roma por el Pontífice, a este llamado San Ramón no pudo hacer otra cosa sino obedecer, aunque se dice que lo hizo con cierto disgusto. Emprendió el viaje que duró muy breve tiempo porque a una distancia muy cercana a Barcelona se ubicaba la población de Cardona, donde tuvo que pernoctar debido a que se le presentaron trastornos de salud de los que nunca pudo recuperarse.

El 31 de agosto de 1240 a la edad de treinta y seis años fallecía San Ramón en Cardona, sitio que se convirtió en lugar obligado de peregrinaciones dada la espiritualidad de San Ramón, quien fue sepultado en la capilla de San Nicolás de Portell después conocida también como de San Ramón de Portell.

Reconocimientos

A San Ramón Nonato le han sido arrogados innumerables milagros, algunos de ellos realizados aún en vida. Fue designado por parte de los mercedarios como redentor para obtener el rescate de personas privadas de libertad.

En el año 1628 Urbano VIII aprobó la veneración a San Ramón, pero no fue sino en 1657 cuando fue canonizado por el papa Alejandro VII, dándose inicio en 1681 a la celebración universal en honor a este Santo el 31 de agosto; no obstante en el año 1969 con la reforma del calendario eclesiástico, la celebración fue transformada a un culto  local a ser festejado en las innumerables ciudades y poblados a nivel mundial donde se le reconoce como patrono.

San Ramón Nonato es el benefactor de los partos, de las mujeres embarazadas, de las comadronas y de personas falsamente calumniadas.

Oración a San Ramón Nonato

Oh gloriosísimo San Ramón!

Tú que disfrutaste tu vida de sacrificios,

de pobreza y de humillaciones,

se mediador nuestro

ante Dios misericordioso,

para que logremos alcanzar la riqueza

propia de la vida eterna

al lado de nuestro Padre Creador.

Oh gloriosísimo San Ramón!

Tú que fuiste bendecido por el Altísimo

manteniendo tu vida terrenal

aún después de haber fallecido tu madre,

ayuda al buen nacimiento físico y celestial

de todas aquellas criaturas

que se te encomiendan durante su gestación.

Oh gloriosísimo San Ramón!

no permitas que prosperen los injustos juicios

contra aquellos que son víctimas

de acusaciones inverosímiles,

haz que siempre prevalezca la verdad. Así sea.

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