Oración milagrosa a Santa Eduviges de Polonia

La familia de Eduviges formó parte de la realeza. Su padre fue Luis I El Grande, rey de Hungría y de Polonia, siendo su madre Isabel de Bosnia. Se le atribuye el nombre de Santa Eduviges La Reina y no debe ser confundida con Santa Eduvigis de Baviera quien fue una religiosa.

Eduviges y su hermana María llegaron a ser reinas de Polonia y de Hungría respectivamente, ambas  se casaron con nobles influyentes y de importancia que impidieron que ellas fueran independientes para gobernar, siendo ellos en realidad quienes ejercían el gobierno a través de ellas.

Sus primeros tiempos

Eduviges nació el 18 de febrero del año 1374 en Hungría,  época en que ese reino se encontraba en el mayor apogeo económico siendo abastecedor para varias naciones europeas. Su padre siendo rey de Hungría heredó el reino de Polonia correspondiéndole ser mandatario de ambos reinos; al no tener descendencia masculina, sólo dos hijas, logró que éstas fuesen aceptadas como sus sucesoras al él morir, hecho que acaeció en 1382, teniendo Eduviges apenas 8 años de edad. Ambas hermanas fueron reconocidas como reinas pero no entraron al ejercicio de los cargos inmediatamente.

Por su parte, Eduviges había sido prometida en matrimonio a un duque australiano, pero los nobles de Polonia estaban lejos de aceptar que un australiano los gobernara, de modo que anularon el compromiso y decidieron buscarle como esposo al duque de Lituania, ciudadano pagano que hubo de convertirse al cristianismo para poder contraer matrimonio con Eduviges que para el momento había llegado a los 10 años de edad cuando fue coronada como rey, y no reina,  de Polonia. El duque de Lituania adoptando el nombre de Vladislao II de Polonia, gobernó a Polonia, quedando la reina Eduviges como su más fiel colaboradora. La pareja concibió una hija que murió poco tiempo después de nacida y en un segundo embarazo, la reina y su descendiente murieron en el momento del parto.

Contradicciones a las que fue sometida

Eduviges fue una niña muy educada y bastante culta propio de su clase social, pero especialmente fue una católica convencida desde muy tempana edad.

Sabía que estaba prometida en matrimonio con el duque Guillermo de Austria que era cuatro años mayor que ella y a quien ella había demostrado un verdadero afecto y en quien tenía por descontado que sería su compañero futuro.

Sin embargo, razones propias de la política de las naciones llevaron a que los dirigentes de la nobleza polaca consideraran inoportuno este compromiso, logrando que fuese anulado el mismo. Por otra parte, por los mismos intereses de la nación se dieron a la búsqueda de un candidato a soberano que reuniera las expectativas de los nobles, encontrando como el mejor aspirante al cargo a un hombre de nombre Jagellón, treinta años mayor que Eduviges. Esta decisión produjo en Eduviges una fuerte conmoción emocional ya que veía deshechos sus proyectos sentimentales a lo que se añadía la diferencia de edades y más aún la condición de pagano de su futuro esposo.

Ante esta disyuntiva, Eduviges se apoyó en su bien cimentada fe para discernir cual debería ser su decisión ante tan importante resolución que debía tomar. Para encontrar la necesaria ayuda, con frecuencia se aislaba en la catedral de Cracovia donde durante horas, oraba y meditaba ante un crucifijo, obteniendo al final una favorable respuesta a sus interrogantes, que fue la de aceptar casarse con Jagellón. Hecho que produjo en 1386, para la tranquilidad y sosiego de la nobleza polaca.

Méritos espirituales

A pesar de haberse criado en un ambiente de comodidades y de abundancia, siempre tuvo presente las deficiencias a que estaba sometido parte del pueblo. De igual manera, le preocupaba el desconocimiento del cristianismo que percibía frecuentemente entre sus súbditos.

Tuvo como bendición divina que la persona que la nobleza polaca seleccionó para que fuese su esposo, aun siendo pagano hubo de convertirse al cristianismo para poder acceder a recibir el trono; hecho este que al parecer el futuro soberano lo hizo a conciencia y de manera sincera, al punto que su conversión trajo como producto la conversión de un alto porcentaje del pueblo lituano, con una extensa propagación del catolicismo. Una vez casada continuó con la práctica de sus principios religiosos para lo cual contó con la aprobación de su esposo.

Su condición de reina heredera titular y no de simple reina regente le permitió de manera expedita dedicarse a ayudar a los más necesitados a la vez que disponía de todos los medios para trasmitir y hacer llegar la Palabra de Dios a grandes multitudes, favoreciendo la evangelización de grandes sectores del pueblo.

Algunas anécdotas

EL Cristo ante el cual oraba Santa Eduviges en la catedral de Cracovia aún se encuentra en ese lugar y es objeto de frecuentes visitas dada la importancia que tuvo en la vida de Santa Eduviges y en la vida misma de la nación polaca.

A pesar de su reticencia inicial hacia su futuro esposo, llegó a ser la más capacitada colaboradora del rey, desempeñándose activamente en labores diplomáticas.

De igual forma, no se permitía estar resguardada en palacio y ser atendida por sus servidores, si no que preocupada por su pueblo se mezclaba con el mismo para conocer directamente sus necesidades y buscarle solución a las mismas. En este sentido promovió la creación de escuelas, iglesias y hospitales, así como también auspició la fundación de la Facultad de Teología de Cracovia, institución donde llegó a ser alumno el pontífice Juan Pable II.

También intervino en la escritura y traducción de textos bíblicos y vida de santos y en la promulgación de agrupaciones dedicadas al estudio y promoción de textos salmistas.

Se ha referido que durante la construcción de la iglesia de los Carmelitas en Cracovia, en una oportunidad Santa Eduviges se acercó para ver los avances de la construcción, llamándole la atención la presencia de un obrero de triste y preocupado semblante. Ella se le aproximó preguntándole que le sucedía, contándole él su triste situación familiar llena de preocupaciones y enfermedades. Conmovida Eduviges separó de sus zapatos una pieza de oro que los adornaba para donárselos al obrero; al hacer esto perdió el equilibrio apoyándose en una pared donde que esculpida su mano, huella que hasta el momento se conserva en una pared de dicha iglesia.

Reconocimientos

Santa Eduviges, soberana de alta importancia durante la Edad Media,  es patrona de Europa y las reinas también la reconocen como su protectora y patrona. Ha sido venerada con mucho fervor  a través del tiempo; sin embargo, en 1979 fue cuando el pontífice Juan Pablo II mostró interés por esta soberana que fue beatificada en 1986 y canonizada en 1997.

Posiblemente su condición social y su convencimiento religioso le hubiese permitido seguir realizando acertadas actividades  en bien de sus súbditos, pero quiso Dios que su vida fuese corta. Teniendo apenas 25 años, el 17 de julio de 1399 falleció al traer al mundo su segunda hija que también murió en ese momento.

Las diligencias para su beatificación se iniciaron aproximadamente hacia el año 1420, pero las mismas por diversas y desconocidas razones se vieron interrumpidas durante cientos de años hasta que en el año 1979 fue reabierto el proceso por indicaciones de Juan Pablo II.

Oración a Santa Eduviges de Polonia

Oh! gloriosísima Santa Eduviges

tú que poseíste todas las comodidades de este mundo

y supiste discernir entre las comodidades mundanas

y el bienestar eterno, enséñanos a darle la importancia

que tienen los beneficios de la vida celestial.

Oh! gloriosísima Santa Eduviges

tú que supiste aceptar y obedecer la voluntad divina,

enséñanos a aceptar humildemente esa voluntad divina

que siempre redundará en nuestro beneficio.

Oh! gloriosísima Santa Eduviges

otórganos la gracia de ser obedientes

a los mandatos de Dios

y humildemente aceptar todo

lo que Él nos proporciona,

que siempre será para nuestro bien

y el bien de nuestro prójimo. Amén.

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